Cayendo

Siempre es de improviso... o no. En realidad, siempre los esperamos. Hemos abusado de nosotros mismos, hemos forzado el cuerpo o la mente (que también es cuerpo, puras moléculas de azúcar), y sus defensas andan despendoladas. Entonces cualquier mierda de virus, el más cutre del catálogo, nos tumba. Pero hasta que tienes la conciencia de que se trata de un simple trancazo, atraviesas tantas ideas tenebrosas... Pinchazos aquí y allá, una nebulosa indefinible en la cabeza, dolores en los lugares en los que, si ya tuvieses la metástasis encima, te dolería... ¿Me estoy muriendo ya? Hasta que empiezas a notar ese calor acogedor (al menos en mi caso, porque aunque esté en las últimas nunca he llegado a los 40 grados; debo tener un termorregulador a prueba de bombas), y entonces cesan momentáneamente los dolores, y sientes que necesitas parar, dormir, huir...

Trancazo de verano. ¡Qué absurdo!

Addenda

Afortunadamente, yo no me creo muchas de las pruebas de laboratorio, muy a menudo financiadas por laboratorios que quieren vender, vender, vender... compuestos anticatarrales y antigripales.

De nuevo atacan a Linus Pauling, aunque sin nombrarlo (quizás ni lo conozcan, porque el sistema científico actual impide que un investigador, lo mismo en la Medicina que en la Sociología, conozca lo que se ha hecho o escrito más atrás de cinco años), con una ridícula prueba. ¡Por supuesto que 200 miligramos de vitamina C diarios no hacen nada frente a un resfriado! ¡Pero es que Pauling recomendaba hasta 3 y 4 gramos diarios, según la constitución corporal, y un gramo diario para la prevención durante el invierno! Por supuesto que dejar de fumar ayuda más que la vitamina C a no tener catarros. Pero la vitamina C funciona. Lo puedo atestiguar con mis propios hijos, que no han conocido otro 'medicamento' hasta que han empezado a moverse libremente, y por tanto a descontrolarse.

Lo que no entiendo (o sí), es por qué El País presta oidos a esa investigación, y no a la publicada en los mismos días y en el mismo repositorio de informes en la que se comprueba, una vez más, que la vitamina C es beneficiosa en la prevención y en el tratamiento no ya de los resfriados... ¡sino de la neumonía!

Realmente no nos quieren autónomos, cuidando de nosotros mismos con remedios de fácil acceso...