2009/03/22

Mientras tanto

Como decía en el comentario al comentario, estoy atravesando uno de esos momentos de asfixia que me tienen apartado de este apacible lugar en el que hago mis particulares ejercicios de footing mental. A la carga docente (agobiante en este cuatrimestre, eso sí ligero de alumnos porque sólo sumo unos 200) se suma la coincidencia en las fechas de entrega de dos trabajos bien distintos, que nos tienen hasta los ojos: un texto sobre el debate nuclear (o el debate nuclear que las eléctricas quieres que haya) en España, ya terminado; pero sobre todo la entrega principal de los resultados de la investigación sobre la diáspora extremeña y el retorno, que tiene a todo el equipo de nuevo maldormido y (con razón) malhumorado .. y por supuesto sin olvidar los imprevistos, esos cada vez más zalameros menmedia y cada vez más decididas womenmedia que consiguen arrastrarte a una entrevista, la tertulia, el apunte de urgencia o el análisis precipitado.

Sin olvidar los pespuntes de otros proyectos, como el diseño de la encuesta sobre investigación en Cambio Ambiental Global y Cambio Climático, del proyecto de I+D que compartimos con la gente de la Carlos III (si alguien trabaja en esos temas y quiere hacer la encuesta, que me lo diga y le remito a quienes la gestionan). Sí, ya sé que no tengo por qué justificarme, que esto es un pasatiempo; pero la civilización judeo cristiana, y el regadío, tienen esas cosas (el yin y el yan) que o te matas a currar o estás tentando al diablo (o eres un "sinprovecho" en la versión de huerta). Y eso no se quita, se va escribiendo en el ADN...como podrán ver en la referencia a la que les conduzco.

Pues eso, que en los momentos de desahogo me disperso por ahí, en vez de concentrarme aquí. Gracias a lo cual sigo descubriendo a gentes y pensamientos riquísimos. Por ejemplo descubro de nuevo (se ha producido en unas pocas pero enriquecedoras ocasiones desde que en 1995 entré por primera vez por estas praderas) a uno de esos estudiantes de Sociología que prometen convertirse en un gran sociólogo, si no los echan a perder en la Facultad (cosa harto probable). Recomiendo vivamente sus notas y referencias (a lo mejor ya lo había hecho, pero no importa). A través de sus cosas, de unas a otros, llego a este otro interesantísimo lugar, en el que empiezan a aportarse algunas evidencias (torpes, muy discutibles todavía) de que, como yo estoy convencido, algunos rasgos culturales (mínimos, básicos, pero a veces determinantes) llegan a imprimirse de alguna forma en el libro genético de no de la especie (para desolación de los etólogos, que ya deberían dejarnos en paz de una vez y dedicarse a sus monos y ratas), sino de subgrupos de la especie. Volveré a ello cuando disponga de tiempo, para seguir la evolución de ese tema. Pásense ustedes, mientras tanto. Prometo volver por aquí, desde luego. Si las Fiestas de Primavera (¿por qué coño tenemos que seguir llamándolo la Semana Santa?) realmente lo son y puedo descansar, pondré todo esto al día, que tengo mucho que contar, de Montevideo a mi descampado particular. Osea, en un par de semanas.

Hasta entonces...

1 comentario:

  1. "Un gran sociólogo", qué bien suena eso, ¿eh? jaja.

    Gracias por el elogio, en ello estamos. Aunque he de reconocer que últimamente, en mi caso, la Biología me tienta más de lo esperado :D

    Si nos echan a perder, es que no éramos tan buenos como parecíamos jaja.

    Un saludo.

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