2012/08/11

A vueltas con el determinismo (y con Ortega)

El comentario de un colega a esta nota me ha sugerido algunos temas vinculados a la cuestión, que he desarrollado parcialmente en el comentario al comentario. Hilvanes, sólo hilvanes... Cabos sueltos


El caso me ha hecho pensar una vez más en el complejo determinista que sufre la buena parte de la Sociología, como si la Sociología no fuese pura dialéctica entre estructura y acción, desde el principio mismo. En realidad, como si la Sociología fuese otra cosa que la aprehensión de esa dialéctica.

Así, me ha venido a la mente una gran paradoja a desarrollar, cuando haya tiempo y ganas: y es que la ética protestante descansa en el determinismo estructural más determinista y más inamoviblemente estructural (nada menos que un Dios, eterno e inmutable), y sin embargo es la sociología de tradición cultural protestante (empezando por Weber, hijo de calvinistas) la que atribuye al actor la fuerza de la Historia, frente a los determinismos estructurales de Marx o Durkheim (judíos ambos), que curiosamente descansan culturalmente en el principio del libre albedrío (por más que para los judíos Dios "ya sabe" por anticipado qué va a hacer el individuo, en absoluto prescribe el curso de su acción) con el que Calvino rompe. Es como si cada tradición sociológica se hubiese empeñado en romper con sus respectivas tradiciones culturales, todo el mundo desde todas las orillas matando a su respectivo padre... 

Hemos hablado de protestantes y judíos. Porque lo más cercano a un clásico de la teoría sociológica que podemos tener entre los de tradición cultural "papista" sería Ortega y Gasset, que yo diría que es básicamente determinista estructural. Para él vida es pura fatalidad, en el sentido de que ni hemos decidido la situación histórica, sustrato cultural o país (o autonomía, uf) que nos toca vivir. Incluso nos enfrentamos a continuos procesos imprevistos (sinergéticos, diríamos hoy), pero aún así tenemos algún margen para el cálculo y la decisión, ciertas seguridades respecto de lo porvenir, siempre sobre el supuesto de que no podemos escoger el marco básico de nuestro mundo. Aunque, bien mirado, Ortega va más allá (y no es la primera vez que reivindico su papel, como el de Costa o Ganivet, corporativamente despreciados por las historias de la Sociología en España, y es muy curioso porque, más paradojas, la mayor parte de quienes hacen esas historias son quienes luego no defienden corporativamente la profesión en donde debieran hacerlo). Pues, al par, lo que algunos critican como toque aristocratizante de Ortega no es sino el reconocimiento de la significación del actor en la propia construcción/modificación de las estructuras determinantes. En suma, ahí tenemos de nuevo pensamiento en español del que podemos rastrear cómo silenciosamente se oculta tras teorías english.

¿Por qué digo que silenciosamiente? Que alguien encuentre una referencia bibliográfica de Ortega en Giddens, y me la muestre. Y sin embargo la teoría de la estructuración no es tal teoría, es una traducción al inglés, al último tercio del siglo XX y al metalenguaje sociológico de El tema de nuestro tiempo

Sí, seguro que Gidens no ha leido a Ortega. Pero se ha "criado" con Elias, quien aunque tampoco cita a Ortega, estoy absolutamente seguro de que sí lo había leido, pues antes de que saliese de Alemania, las primeras y fundamentales obras de Ortega se habían traducido al alemán (la que nos ocupa con varias ediciones). Hay en Elias (y lo he leido poco, y superficialmente) demasiadas coincidencias, por ejemplo sobre el papel que al deporte atribuye Ortega para la conformación del hombre masa. 

Pero es que Giddens de quien realmente bebe, a través de Elias, es de Schültz, de quien todos aquellos quienes sólo miran al lado del actor, beben (sí, aunque la Sociología es pura dialéctica entre estructura y acción, en nuestro primer siglo y medio de vida como disciplina lo que predominan son los tuertos (como con lo de cuali o la cuanti, también debate para tuertos, osea malos investigadores que o no saben leer, o no saben hacer cuentas), los tuertos que sólo beben en una orilla u en otra, como si no fuese el mismo río.  Pero Giddens, que viene de la PSicología Social, bebe muy especialmente en Schültz, el único que reconoce claramente su deuda con Ortega, al dialogar con su teoría (¿por qué demonios costará tanto citar en español en determinadas lenguas?; ¿será que leen poco y sólo en inglés... o catalán?).

 “La vida es la libertad en la fatalidad y la fatalidad en la libertad

"Nos encontramos como un poeta al que se da un pie forzado. Este forzado es la circunstancia"







1 comentario:

  1. No llego a Shultz, pero sí a Ortega. Y aunque no he llegado a compararlo con Giddens, me excuso diciendo que, para mí, lo mejor que escribió Giddens quedó en los primeros noventa con la reflexividad y su explicación del riesgo con Beck. Lo que le he intentado leer desde los 2000 (más o menos) en adelante, me ha sonado a la verborrea que solemos utilizar los profesores cuando se nos va la cabeza en clase, uniendo ideas que se hacen más y más abstractas, pero que ni son originales, ni sirven para demasiado más que para pensar en voz alta. En mi descargo, me desintoxiqué de esto hace ya unos años. No muchos, porque soy muy joven.

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